Naces, y comienzas un camino lleno de pruebas, esperanzas y adquisición de conocimientos. Conoces personas, desconoces y te maravillas al comprender lo incomprendible. Entonces te reproduces, satisfaciendo así el hecho de que alguien te cuidará cuando más lo necesites; la gestación en si tiene un gran trecho por delante, la unión hace la fuerza y de esa fuerza que te llena, que os llena nace un rallito de luz en vuestras vidas, una luz que crece cada día.
La
reproducción, es algo imprescindible, y no nos olvidemos de plantar un árbol, y si te sirve de consuelo tu has llenado un monte de paz y de alegría y lo último y no menos importante, el otro día revolviendo tus cosas se nos ocurrió ver que habías escrito tus memorias.
He de decir que estoy orgullosa de lo que has hecho.
Entre todas estas cosas, te suceden cosas. Y vives, y experimentas, sientes, deseas y reprimes. Un día vives aqui y otro allí. Un día eres feliz y al día siguiente sientes que vives en una infelicidad constante. Después de todo eso, llega la
muerte. Más o menos bonita, más tarde o más temprano, pero, ¿sabes qué?
Que después de haber vivido de una forma u otra, sin importar si quiera, termina llegando la hora final. En esa hora justo a mi me da por pensar, y pienso en lo que te llevas, en lo que tal vez no has podido llevarte y en lo que realmente deseabas tener contigo, tan cerca en un último suspiro. Pero no importa, no importa porque hoy quiero decirte algo, hoy te hago yo la pregunta, esa de la que todos hablan, sí, la pregunta del juicio final, la que supongo que hace unos días al entrar en tu cielo te preguntó algún santo. A mi me dijeron lo siguiente:
" El día del juicio final, te preguntaran si has amado", y mientras lo escribo lo pronuncio tal y como lo dijo mi profesor de literatura. Pero no quiero que contestes, porque se que tu contestación es evidente.
Seguro que me quedan cosas en el tintero que decirte, pero a mi los grandes textos me gustan terminarlos con grandes personas, a ti te digo que
dejas de existir el día en que no le importas a nadie, y como yo digo todos los días, ten por seguro que existirás siempre.